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5 terribles excusas que la gente usa para renunciar a sus sueños

  • Santiago Cienfuegos
  • 10 abr 2016
  • 4 Min. de lectura


Todas las personas tenemos aspiraciones, metas y objetivos en la vida. Sin embargo, la mayoría de nosotros nunca las verá cumplirse. ¿Por qué?

Hay muchos factores en juego: el miedo al fracaso, la aparición de circunstancias inesperadas, incluso la muerte nos puede interrumpir en cualquier momento.

Pero ¿qué hay de aquellas personas que sí logran alcanzar sus metas? La mayoría se sienten vacíos, ansiosos y confundidos. ¿Por qué?

La respuesta más común es: porque los sueños son solo sueños. Son ideales que nunca deben ser alcanzados en la vida, porque son el motor de la existencia. ¿Qué sentido tendría lograrlos?

Error. Esta es la primera excusa que la gente tiene para renunciar a sus sueños. Aquí encontrarás otras 5 igual de terribles.


1. Crees que no eres lo suficientemente Bueno.

Todas las personas en el mundo tienen una voz interior que les dice “eres inútil”, “nunca lograrás nada”, “no eres especial”. Incluso cuando crees que has hecho algo muy bueno, quizás una canción, un libro o un cuadro, pero al día siguiente lo ves y dices: “esto es una porquería”.

Esa voz interior en realidad debería ser algo positivo. Su propósito es que seamos críticos con nosotros mismos, que tengamos la capacidad de ver nuestras falencias con el objetivo ulterior de superarlas.

Conocer nuestros límites es sano y nos ayuda a tener los pies en la tierra y a hacer las cosas sobre bases realistas.

El problema es cuando esa voz deja de ser crítica y se convierte en destructiva. No promueve el cambio ni la mejora, solamente nos hunde en la depresión y en la autocompasión. La próxima vez que la escuches, respóndele: “puedo hacerlo mejor”, “puedo lograrlo”, “lo seguiré intentando”.


2. Dices que no tienes tiempo.

Los sueños y las aspiraciones demandan tiempo y esfuerzo. Hay que trabajarlos día a día ya que no se van a cumplir solos. Si no tenemos tiempo para realizar algo que nos apasiona, entonces no nos apasionaba en primer lugar.

Las personas que han logrado sus metas las han trabajado y se han esforzado para lograrlas.

Han inventado el tiempo de donde no tenían. Si eres de las personas que pasa mucho tiempo en Facebook, Instagram o Twitter, ¿puedes afirmar que no tienes tiempo para trabajar en sus objetivos?

Si realmente no tienes tiempo porque tu trabajo es excesivamente demandante y te consume toda tu vida, entonces replantéate ese trabajo y piensa si no es tiempo de dejarlo.

Quizás tengas que renunciar a algunas comodidades o ajustar tu estilo de vida, pero no será nada en comparación con lo que ganarás en felicidad. Recuerda que tienes una vida y solo tú decides en qué invertir tu tiempo.



3. Tus amigos te dicen que no lo lograrás.

Siempre hay alguien en nuestro entorno que piensa que es ridículo perseguir los sueños. Que hay que ser realista, concentrarse en ganar dinero, trabajar, tener una buena casa y un buen coche.

Ser artista no paga las cuentas. Si eres Pablo Picasso, tal vez sí, pero no eres Pablo Picasso. Tampoco eres J. K. Rowling.

Deja a esas personas con sus opiniones. Si ellos quieren vivir la vida bajo esa premisa, es su decisión. Pero jamás permitas que eso te afecte o te haga descreer de tus propias habilidades.

Tanto si quieres pintar cuadros, escribir novelas, bailar, cantar, tocar un instrumento, viajar por el mundo o cualquier cosa que desees hacer en tu vida. ¡No lo dudes! Es la única manera por la que podrás decir que la vida vale la pena ser vivida.

En palabras de Alan Watts: “¿Qué harías de tu vida si el dinero no fuera un objetivo?”

Eso es lo que tienes que hacer.


4. Sientes que no estás listo.

Perseguir un sueño no es nada fácil. Requiere mucho sacrificio, trabajo duro y, sin duda, representa un riesgo. No se trata de abandonar todo y a todos para perseguir un sueño sin ningún tipo de criterio o base realista.

Se trata de reconocer una pasión, darle la importancia que tiene y empezar a trabajar por ella cada día, en la medida de tus posibilidades. Verás que pronto tus posibilidades van aumentando conforme vayas avanzando.

Las oportunidades no llegan: hay que crearlas. Nunca se es muy viejo ni muy joven. Nunca se está del todo listo en el sentido de que siempre hay un factor de incertidumbre.

De eso se trata asumir un riesgo: de estar listo para enfrentarlo, sea cual sea el resultado. Y para eso, estamos listos.


5. Te mientes.

La honestidad con uno mismo es una de las dificultades más grandes de la vida. Frecuentemente, nos damos excusas para no hacer el esfuerzo que tenemos que hacer para lograr nuestros sueños. Por ejemplo:

“Quiero pintar los mejores cuadros, pero no voy a tomar clases de pintura porque no sirven para nada.”

“Mi sueño es hacer un cortometraje, pero no puedo estar mirando otros cortometrajes, demandan mucho tiempo.”

Esta clase de excusas son las que nos damos a nosotros mismos cuando no nos damos el lugar que tenemos. Queremos obtener el logro pero sin atravesar por el proceso.

Eso inevitablemente nos llevará a la frustración, ya que todos tenemos que aprender y estamos en constante aprendizaje. Cuando nos ponemos en un lugar de superación, pretendemos saltarnos pasos necesarios y por eso no llegaremos a hacer las cosas que queremos hacer.

Así que deja de poner excusas, sal a aprender todo lo que tengas que aprender y mantén la confianza en ti siempre.










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