¿Conoces la importancia de la higiene espiritual? desde pequeños nuestros padres nos enseñan la importancia de estar limpios y de ser higiénicos. La verdad es que en lo personal y ante la sociedad la vida fuera muy desagradable si la higiene no fuera parte de nuestros valores, sin embargo, lamentablemente la mayoría no extiende este valor a la vida espiritual y es de igual importancia.
La higiene espiritual es más que hacerse despojos, este significa estar limpios en alma, espíritu, en mente. Estar libre en nuestras emociones y alcanzar la paz. La limpieza espiritual es perdonar, es liberar el rencor del alma, es servir a nuestro prójimo y vivir justamente. Cuando miramos la limpieza espiritual más allá de la corporal, viviremos una vida repleta de experiencias armoniosas y positivas.
En este artículo te regalo unos pasos para que te enfoques en la limpieza espiritual de una manera más eficiente. Quizás las limpiezas que has hecho hasta la fecha solo enfocan una parte de tu experiencia espiritual. Estos consejos me han funcionado y por este motivo lo comparto contigo; con la esperanza de que puedas ver los cambios y al mismo tiempo lo compartas con quien pueda interesarle.
CONSEJOS DE LIMPIEZA ESPIRITUAL
Primer Consejo: La reflexión personal es parte del proceso.
– Muchas veces cuando sentimos que algo no está bien lo primero que hacemos es pensar que algún mal nos agobia y buscamos inmediata solución. Queremos buscar hierbas, veladoras y oraciones que asistan este momento, pero este no debe ser el primer paso.
Para que puedas liberarte de lo que agobia tu espíritu, debes reflexionar en el porque te sientes cómo te sientes. El meditar en las posibles causas es clave para encontrar la liberación y la solución a tu problema.
Busca de la oración, habla con Dios y pide que te revele el porque te sientes cómo te sientes. ¿Es propia la causa o exterior? Luego de orar y pedir claridad, entonces entra en meditación. La oración es la conversación, la meditación es el escuchar la respuesta. Sumérgete en el silencio y permite que la voz de Dios te comunique lo que necesitas, lo que causa el mal, o lo que debes hacer para combatirlo.
Este primer paso tiene mucho poder, porque es el más importante de todos. Es el poner a Dios ante todas las cosas y el preguntarle al que todo lo sabe, el Dios supremo.
Segundo Consejo: Perdona
– ¿Conoces el ego, el orgullo, la soberbia? todas son impedimentos para el perdón y el perdón es liberación. Ninguno somos perfecto, todos cometemos errores. Para perdonar muchas veces lo que tienes que hacer es recordar esto. Debes ponerte en el lugar de la persona que te ha ofendido y preguntarte porque sientes la ofensa.
Una vez leí que quien nos ofende es porque permitimos que nos ofenda. Nadie puede herirte en espíritu, si no lo permites. Esto es difícil de entender, pero con mayor madurez espiritual, entenderás la verdad de la frase. Entiende que esto no significa que debes reaccionar con violencia o agresión. Solo implica que debes reconocer desde el inicio, que quien te ofende no lo hace por mal, aunque parezca lo contrario.
Quien te ofende lo hace porque aún no está despierto, no tiene la madurez y quizás no sabe al grado que te ha ofendido. Posiblemente exista manipulación externa, falta de claridad en algún problema, conflictos de comunicación. Ninguno somos malo en el espíritu, es el mundo que nos influye. El mundo necesita más compasión y menos guerra, más perdón y menos odio.
El entender esto desde el principio, el reflexionar en esta idea te ayudara a perdonar y por ende a estar limpio en espíritu. Te regalo esta frase para ayudarte en tu proceso, “Mi imperfección puede ser mayor que la imperfección de mi prójimo, por esto lo perdono”.
Recuerda que el perdonar no significa que nuevamente te expongas a peligro o que permitas que la persona te haga continuo mal. Esto solo implica que liberas el rencor de tu alma, para vivir en paz.
Tercer Consejo, pon en práctica algún ritual simbólico de tu liberaron.
– Los rituales son parte de nuestro comportamiento diario. No todo ritual es espiritual, pero todo ritual contribuye a nuestra liberación. Por ejemplo, algunas personas ritualmente visitan la playa, porque este lugar le brinda paz, otras personas ritualmente escriben en algún diario, porque el expresarse de esta manera les otorga paz y liberación. Otra persona enciende una varita de incienso como expresión de fe y confianza de que los cambios llegaran.
Cual sea tu ritual, tu expresión – esto es clave para la liberación. Es lo que complementa la liberación mental. El que tu sentido corporal experimente la liberación que brindaste a tu espíritu cuando diste el perdón.
Por último, toma tu tiempo – no hay prisa. En la espiritualidad Cada quien procesa las cosas individualmente y a su tiempo. Si te tomas una semana, un mes o tres meses, el punto es que puedas liberarte. Ten paciencia.
Judith Alegria G.